Su gran boca


            Alimentación y costumbres de ese mal bicho.
El congrio es un depredador solitario, siempre al acecho. Aunque sus costumbres son sedentarias y, preferentemente nocturnas, también de día permanece, aparentemente inerte, durmiendo sobre el fondo, escrutando sus alrededores, atento a posibles piezas.
La curiosidad es una de las características más destacadas del congrio. Cualquier sonido, destello de luz imprevisto, la aparición de un submarinista en las proximidades de su escondrijo, antes que atemorizarlo, lo impulsan a sacar la cabeza para ver que ocurre, dejándolo al descubierto.
El congrio tiene una increíble resitencia física. Se cura casi milagrosamente de sus heridas más graves, sobre todo las causadas por arpones. Puede tragarse uno o varios anzuelos sin sufrir consecuencias mortales, expulsándolos más tarde, poco a poco, por vía natural.
El congrio ataca y devora cualquier pez de tamaño adecuado que pase junto a él, pero se nutre preferentemente de crustáceos y moluscos.
La pesca
Al igual que ocurre con la morena, es conveniente utilizar hilo acerado en el bajo de línea para la captura del congrio. Con ello evitaremos que corte el sedal con sus fuertes mandíbulas y sus dientes puntiagudos.

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